Hay características innatas en las personas, más allá de su inteligencia, conocimientos académicos, su nivel social o cultural que le permite tener un desempeño superior en su puesto de trabajo y en la vida.
Spencer & Spencer definió la competencia como «una característica subyacente en el individuo que está relacionada causalmente con un estándar superior de efectividad y / o desempeño en un trabajo o situación».
La definición de una competencia nos queda más clara aun cuando McClelland nos habló de pavos y ardillas.
Podríamos tener un pavo sacando bellotas de los árboles; lo entrenamos, lo motivamos, lo incentivamos, le subimos el sueldo, incluso lo ayudamos a subir al árbol.
Es muy probable que logre traernos bellotas, claro que sí!. Pero a costa de un significativo esfuerzo, está cansado, no lo ha pasado bien, y evidentemente no se siente realizado en su vida.
En cambio, si tuviésemos una ardilla sacando bellotas del árbol, nos costaría significativamente menos tener muchas bellotas y estaría feliz haciéndolo.
Esto es porque está naturalmente preparada para ese desafío al tener las competencias justas para esa labor.
¿Y tú con quién te identificas ahora, con el pavo o la ardilla?